Monday, February 10, 2020

Una visita fuera de este mundo:

Texto por Bere Equis
Fotos por Romualdo Beltrán


Digou y Octopoulpe [en Hermosillo]; 

 powerviolence forever

               Y por fin llegó el día para quienes buscamos propuestas musicales frescas, diferentes a lo habitual y cargadas de mucha energía. ¿El lugar? La Antigua, sin duda un fantástico espacio.
               La tocada del pasado 23 de enero en Hermosillo fue coorganizada por Rodado Ponchado Récordz y la incansable Priscila (integrante y capitana del Cuervo Charro Music Inc.) y su parvada. Buena mancuerna de casas promotoras que siempre deja resultados altamente satisfactorios: una logística envidiable, un diseño de arte en la propaganda (entradas y cartel) digno de coleccionarse, estímulos a la preventa de boletos, sonido de gran calidad, acceso a todas las edades, buena administración del line up, comida a la venta para los antojadizos y la alegría de contar con el material y demás artículos de las bandas visitantes en la tienda del Cuervo Charro. Por cierto, Agradezco infinitamente a Romualdo Beltrán y al Cuervo Charro por las fotografías que acompañan este texto.
               En doble dosis, y a través de un genial sketch que circuló en Facebook, anunciaban su gira por México 2020, misma que dio comienzo en La Paz, Baja California Sur y concluirá en Cancún, Quintana Roo. Veintiuna fechas en total de las bandas paralelas: Digou y Octopoulpe (dos tipos encantadores, Billy y Kim Jim Poulpe), amigos que por la distancia geográfica que los separa les es imposible ensayar, así que desde la comodidad de su casa intercambian mensajes e ideas y se van de gira cada vez que pueden haciendo un gran equipo. Uno de ellos radica en China  (pero no es hecho en China, sino en Francia), en Wuhanm para ser más exacta, y el otro es (también) un francés que se enamoró de Seúl, Corea y vive allí desde hace más de ocho años.
               Una de las múltiples virtudes de un octópodo es su capacidad de esconderse a la vista, no obstante, la tarde de la tocada los delató la camiseta de Billy, fanático de Spazz… a propósito del tipo de música que me atraía escuchar esa noche.

Marcianos occidentales aterrizan en Hermosillo

[previa escala en Asia]




               Bien dicen que quien sabe esperar se lleva lo mejor. Recibimos la visita de Digou en un encuentro cercano del tercer tipo envueltos en una atmósfera de ciencia ficción, dándonos varias oportunidades de entendernos, tantas como se les ocurriesen: una de ellas fue la música, un hardcore punk extremadamente disonante y rápido con canciones muy breves, voces gritadas, agresivas, en este caso por Billy (que también está en otra one man band llamada Milu), acompañado de Kim en el bajo (merece una mención aparte que adicionalmente es baterista de dos bandas de punk hardcore: My Man Mike y Arryam en Corea del Sur), así como de sonidos pregrabados de batería blast beats y d-beats.
               Para muchos y muchas el powerviolence es un subgénero divertido aparentemente desordenado, pero no lo es, en lo absoluto. Digou trabajó activamente con el ingeniero de sonido para que todo quedase técnicamente perfecto. Esta banda tiene todo bajo control auxiliándose de samplers entretejiendo interludios de ruido electrónico.
               El cuerpo constituye un sistema de comunicación que sirve para interactuar con el medio y con nosotros mismos. El cuerpo reacciona a la emoción mediante un aumento en la frecuencia cardíaca, la respiración entrecortada, piel erizada; cada uno interpretamos nuestro entorno y de allí surgen nuestras experiencias inolvidables como esta, como ver a este dúo extraterrestre en vivo.
               Digou, con ingeniosos recursos teatrales, nos induce para que como civilización intentemos abrirnos caminos en el universo. Enfundados en spandex hacen de las suyas con un divertido performance enviando sutiles mensajes que critican nuestro modo de vivir y de ser gobernados.

Octopoulpe, la banda de un solo pulpo



                   En el buen sentido, el futuro de las bandas es ser como un pulpo. Octopoulpe, una banda de un solo hombre, en varias ocasiones ha señalado la ventaja de su situación: es libre de hacer lo que quiera, pues en cuanto a la composición de sus canciones no tiene que lidiar con la opinión de nadie y al trabajar de freelance puede irse de gira en cualquier momento y no tiene que esperar absolutamente a nadie para que anteponga sus quehaceres personales a los de la banda. Reconoce también que se disfruta convivir e intercambiar ideas en bandas con mayor número de integrantes, aunque insiste que es maravilloso hacer todo por sí mismo. Adoptó una máscara porque al principio sintió pavor de tocar solo en el escenario. Otro rasgo distintivo de este solitario cefalópodo es su música, una mezcla abigarrada de noise, mathcore, fast hardcore punk y la infinidad de gadgets electrónicos que utiliza aprovechando la experiencia como ingeniero en sistemas, elementos que lo convierten en el hombre orquesta tecnológico. Es así como nos impresiona con un proyecto inteligente que echa mano de la comunicación audiovisual, sets meticulosamente planeados combinando videos cuidadosamente elaborados, filmados, editados, imágenes en sincronía perfecta con la ejecución virtuosa de la batería y la voz.
               Se dice que cada brazo del pulpo, un animal marino fascinante, toma sus propias decisiones cuando toca el entorno. Casualmente los investigadores creen que estudiar el cerebro de los pulpos puede servir para entender posibles inteligencias alienígenas. En un símil, ese procesamiento de información en los brazos también pareciera tenerlo Octopoulpe con sus ocho tentáculos: es increíble. Por todo esto, presenciamos dos perfomances sensacionales de bandas provenientes del movimiento subterráneo en Asia.

Compañías decibélicas: 

Sima Negra, Motöraiser y Host
              
               La armonía no la aprecias si no percibes también el caos. Amenizó esta velada Sima Negra, un chicalense fanático de los fanzines y sus festivales, cuya propuesta experimental es la música electro-industrial y sórdida porque presenta impurezas, sonidos lacerantes, crudos, herrumbrados y monótonos de extrema estridencia sonora: transforma frecuencias en nudos instintivos que conducen al espectador a una inquebrantable experiencia auditiva. Costó trabajo dejar atrás el episodio y la sensación que provoca.
               Después cambiamos de tempo y de género musical al subirse Motöraiser al escenario. Los títulos de sus rolas son muy ad hoc con todo el concepto hardware: el tema de la vida en las carreteras. Su estética nos recuerda al logo de Motörhead: casco, cadenas y pinchos. El vocalista transmite una fuerza tronadora, muy del speed metal y del heavy combinado con el d-beat; así es el estilo de esta banda que fácilmente conquista a los más punks. Arrastrados por la furia hipnótica de Motöraiser los presentes constatamos que siguen conquistando territorios. Enhorabuena. Vimos por ahí, para nuestro beneplácito, que el líder vocal de esta agrupación encontró en Billy de Digou un nuevo amigo, mismo que en señal de amistad le obsequió su material discográfico.
               En el cartel también estaba apuntado Host. Debo decir que el front man grita increíblemente. Mis respetos. Por ahí vi una guitarra de ocho cuerdas y otros instrumentos chingones. Además, cuentan entre sus filas con un portentoso baterista, Jahzeel. Un rollo industrial es su concepto… tocan death. Las bandas que conformaron el cartel fueron seleccionadas de acuerdo a una convocatoria lanzada meses atrás para los interesados en compartir escenario con los visitantes fuera de serie. Fue como Volver al futuro y de fiesta.

1 comment:

  1. Excelente evento, la verdad, bien organizado. Gran reseña bere, saludos de todo el motöraiser, excelente cada detalle que mencionas. Aplausos para los compas de wuhan y Seúl, que se discutieron en cada fecha que hicieron por nuestro estado.

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